Cuando Jacques llegó al refugio de animales, se encontraba en un estado terrible. Su carita estaba cubierta de costras, y su organismo, debilitado por la vida en la calle, no podía enfrentar las enfermedades por sí solo. 

Un chico muy inteligente 

Jacques resultó ser sorprendentemente amable e ingenioso. Ofrece su patita para ser cepillado y inclina su cabeza cuando ve un peine. Acepta sin queja la medicina necesaria. No fue inmediato, pero poco a poco se ha acostumbrado a la vida en el refugio. Se ha hecho amigo de otros animales y disfruta de salir de su jaula para pasear. Sería perfecto para una familia que busque un amigo leal.

¿Buscas un amigo bueno y leal? 

Mira a Jacques. Este chico está completamente listo para una nueva vida en familia. Comparte la historia de Jacques con tus amigos en redes sociales; así, el perrito tendrá más posibilidades de conseguir la tan ansiada etiqueta "Ya en casa".