Una joven gata fue cruelmente abandonada en la calle. Luchó por sobrevivir en la tormenta de asfalto y concreto, buscando desesperadamente refugio de la lluvia y el mal tiempo. El estrés y el miedo convirtieron su vida en una pesadilla interminable. Literalmente, gritaba, pidiendo a gritos ser rescatada.
El destino fue benevolente con la pequeña: los voluntarios la recogieron en la víspera de las heladas y la llevaron a un hogar temporal. En febrero, encontró su camino hacia el refugio, donde comenzó su historia de recuperación.
Un buen corazón cautivo de las circunstancias
Zaika es cautelosa y le ha tomado tiempo acostumbrarse a su nuevo hogar. Pero finalmente se ha abierto y ha mostrado su dulce y afectuosa personalidad. Ella anhela la compañía humana, buscando en ellos comprensión y consuelo. Aunque tiene miedo de otros gatos, está dispuesta a relacionarse con las personas y está lista para entregar su corazón a quienes le brinden el tan ansiado rescate.
Regala cuidado
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