Si no fuera por el azar, nadie habría conocido a Sersei. Su vida comenzó sin testigos y habría terminado de la misma manera: en completa soledad, horror y desesperación. Sin embargo, esta pequeña perrita tuvo una suerte increíble. Nació en una zona industrial, rodeada de enormes y sombrías edificaciones, peligrosos rincones y ruidos fuertes y agudos. Un lugar totalmente inadecuado para un ser tan pequeño: los peligros abundaban en cada paso. Puede que, tratando de adaptarse al mundo que la rodeaba, la chiquita se asustó de algo y se metió bajo una losa de cemento. Este refugio resultó ser seguro, pero en exceso —la pequeña no pudo salir de allí por sí sola. La única salida a la que podría haber aspirado la joven Seia era la muerte por hambre y sed. Pero ocurrió un verdadero milagro: pasaban personas cerca, quienes notaron el extraño movimiento bajo el pavimento. Ellos liberaron a la prisionera y la llevaron al refugio.

Ella aprovecha su nueva vida al máximo

Allí se convirtió no solo en una perrita, sino en la Princesa Sersei. Al llegar, se le realizó un examen y se descubrió que la hallada tenía unas patas traseras inusuales. Los veterinarios diagnosticaron un neuromas, un daño en el tejido nervioso. Nadie entre los empleados había visto algo así en un animal, y todos estaban preocupados por el futuro de la perrita. Todos, menos la propia Seia, quien se adaptó a la perfección, creció bien, aprendió a caminar e incluso a correr ágilmente. Muy cariñosa y dulce, conquistó fácilmente los corazones de las personas que la acogieron. Ahora, siendo una joven adulta, inteligente y sensible, sabe hacer amigos y apoyar a sus compañeros, sin abandonarlos en momentos difíciles. En una ocasión, el destino cambió de rumbo y le dio a Sersei la oportunidad de vivir una larga y feliz vida. La niña valora mucho este don, por lo que cada día se esfuerza por alegrar a todos con su positiva actitud y su maravilloso carácter. Pero para su gran felicidad, le falta una persona muy importante.

La necesitas

Si Sersei te ha gustado, pero no tienes la posibilidad de hacerla tu perrita, hay muchas otras maneras de ayudar. Por ejemplo, puedes contar esta inusual historia a tus amigos, pagar por un paquete publicitario, regalarle obsequios, o visitar el refugio, ya sea en persona o en línea. Tu participación solo mejorará la vida de Seia y permitirá encontrarle más rápido un excelente dueño.