Varios gatitos sin hogar vivían en el área de una base de pesca. Tenían que contar con comida poco frecuentemente, solo cuando las personas llegaban a pasar el rato. El resto del tiempo, debían buscar su alimento por sí mismos, escondiéndose en el bosque y, a veces, en pequeñas madrigueras. Afortunadamente, unos voluntarios los encontraron. Los pequeños fueron llevados a un refugio de animales, donde fueron tratados durante mucho tiempo por infecciones y ojos inflamados.
La bella tímida
Ahora la vida y la salud de Sandy no corren peligro. La nena aún no se ha adaptado del todo al refugio. Un poco temerosa de las personas y de las grandes compañías de sus hermanos peludos, pero en un hogar cálido, su corazoncito sin duda se derretirá y mostrará todo su amor y agradecimiento. Sandy ya ha aprendido a usar la bandeja de arena y el rascador, está lista para mudarse a un nuevo hogar. Puede estar con niños, preferiblemente mayores de 10 años. Se entrega con seguimiento obligatorio, solo en una vivienda propia.
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