En el territorio de una empresa industrial vivía una manada de gatos, dependientes de la caridad ocasional de las personas. Nacían, se enfermaban y morían, permaneciendo como sombras entre los edificios de la fábrica. Entendiendo la seriedad de la situación, los empleados pidieron ayuda al refugio de animales.

Dificultades de reubicación

La mayoría de los gatos capturados, incluido Salvador, resultaron ser criaturas semisalvajes. No estaban domesticados y no conocen el calor del hogar.

Lucha por la confianza

Para gatos como Salvador, interactuar con los humanos es un verdadero desafío, algo incomprensible y aterrador. Prefieren esconderse en rincones apartados, sin mostrar interés en comunicarse con las personas. Cuando llega la enfermedad, se esconden aún más, haciendo imposible brindarles ayuda.

Quiero estar sano y comer bien

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