Robin fue encontrado como un cachorro en el territorio de una fábrica abandonada. Se escondía entre tuberías oxidables, se alimentaba de sobras y se alejaba de las personas. Pequeño, sucio, pero con ojos inteligentes y una paciencia asombrosa. Los voluntarios de “Ohana” estaban alimentando a los perros de una construcción cercana y notaron a este pequeño. Robin no se dejó atrapar de inmediato, pero luego se acurrucó, como si entendiera que ahora todo iba a ser diferente.
Un verdadero chico
Pasó el tiempo. Robin creció. Se convirtió en un perro hermoso, bondadoso y un poco tímido. Los voluntarios lo quieren por su carácter suave, su paciencia y su total falta de agresividad. Es tranquilo, se lleva bien con otros perros, no se apresura, simplemente... espera. Espera que un día lo elijan. Hasta ahora no ha sido así. ¿Por qué? No lo sabemos. No es ruidoso, no es llamativo, no es "especial"; simplemente es bueno, silencioso y cálido. Un verdadero.
¿Cómo ayudar a Robin?
Quizás tú seas la persona que lo notará. Y si no puedes adoptarlo, regálale un Día de Perro. O una Semana de Perro. O simplemente cuenta su historia. Robin no es ruidoso, pero es importante. Y realmente quiere un hogar.







