Viernes llegó al refugio de animales desde un remoto pueblo. La anciana propietaria de la casa rural era una auténtica amante de los gatos. La abuelita tenía cerca de treinta felinos. Desafortunadamente, la dueña falleció, y su numerosa familia de gatos quedó desatendida. Así fue como Viernes llegó al refugio para animales sin hogar.

Una gatita cariñosa

Viernes sabe lo que es el cuidado humano. Disfruta del contacto, adora las caricias y los momentos en brazos. Está lista para contar largas historias llenas de ronroneos, solo hace falta rascarle detrás de la oreja. Es benevolente con sus compañeros en el refugio. La gatita tiene ligeros problemas de visión, como si viera en semisombra. A pesar de esto, utiliza el arenero y el rascador con destreza. Se adapta a cualquier familia, puede estar con niños y otros animales. Se necesita un examen médico.

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