Petya es uno de los cinco cachorros nacidos de una mamá callejera. Ha vivido toda su vida en un refugio de animales. Desde pequeño, el niño ha tenido que luchar contra la displasia, una enfermedad ósea que ha afectado de diferentes maneras a cada uno de sus hermanos y hermanas. A Petya le llegó a sonreír la suerte y fue adoptado por una familia, pero pronto lo devolvieron, tal vez asustados por sus problemas de salud. Desde entonces, Petya vive en el refugio, sin saber lo que es un hogar permanente y el cuidado.

Petya necesita amor y apoyo

Debido a la falta de interacción con personas durante su infancia, Petya ha crecido un poco miedoso. No está acostumbrado al contacto cercano con humanos, pero su bondad y dulzura se manifiestan en su relación con otros perros. Con el tiempo, la displasia ha empezado a hacerse notar más, pero a pesar de eso, Petya sigue soñando con un hogar que lo acepte tal como es. Necesita una familia dispuesta a brindarle el cuidado, amor y paciencia que le han faltado toda su vida.

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