Otto llegó al refugio gracias a un hombre que le dejaba comida en la puerta de su casa de campo. Estaba muy débil, descuidado y necesitaba atención veterinaria urgente. Ahora está sano y lleno de energía, pero le falta lo más importante: una familia que lo adore.
Personalidad: un torrente de cariño y saltos
¡Otto es super sociable! Adora a las personas y a otros perros, y podría jugar sin parar. Eso sí, aún no controla su entusiasmo — salta de emoción y podría derribarte sin querer. Con niños no ha convivido, pero su carácter amistoso promete buena relación (aunque con niños pequeños mejor bajo supervisión).
Con gatos es una incógnita, pero con otros perros ¡se lleva de maravilla! Buscamos dueños activos que le enseñen modales y aprovechen su energía.
Ayuda a Otto mientras espera su hogar
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