Nicolás fue dejado en una clínica veterinaria cuando era muy pequeño y estaba enfermo. El pobre bebé fue atado al fondo de una caja con una cuerda gruesa, quizás no por maldad, sino por falta de juicio, para que no escapara. Afortunadamente, una chica amable salvó a Nicolás y lo llevó al refugio de animales "Kotofey".
Se logró salvar
Los empleados del refugio ayudaron a Nicolás a recuperarse y sanar. ¡Incluso lograron mantener sus ojitos!
Desafortunadamente, el pequeño perdió casi completamente la vista. En todo lo demás, ¡es un gatito completamente saludable! Nicolás es un chico tranquilo, pero no es miedoso. Disfruta de la compañía de los demás y no le teme a los niños o a otros animales. Nicolás busca una familia que tenga la responsabilidad de educar y cuidar a su animalito.
Regala una oportunidad
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