Un grupo de chicas la encontró en la calle dentro de una caja. Un pequeño bulto que bufaba con ojos asustados. Llevó a la gaticos a la clínica, y allí, por suerte, se encontraba una voluntaria del refugio de animales. Así fue como el destino de Mirinda tomó un rumbo hacia la felicidad; solo queda encontrarle un hogar.

Una chispa juguetona

En sus primeros días, no se acercaba y solo bufaba cuando alguien se acercaba. Pero había un secreto: si la tomabas en brazos, esta gata chisporroteante se calmaba y hasta se quedaba dormida. Así, con abrazos, el miedo se desvaneció. Ahora Mirinda es una traviesa alegre e incansable jugadora. Adora las caricias, le encanta que la acaricien y le susurren palabras cálidas.

Estar cerca de Mirinda

Ayúdala a encontrar las manos más amables. Para ello, apoya el Paquete Publicitario o comparte la historia de este pequeño milagro en las redes sociales. Consiente a la pequeña durante los Día de Gato, la Semana de Gato o incluso todo un Mes de Gato. Visita a Mirinda en línea o ven a conocerla en persona.