Cuando Marusya llegó al refugio hace un año, su estado preocupaba: estaba embarazada en avanzado estado y padecía una grave enfermedad dental. La enfermedad le había robado todos los dientes, pero no pudo quitarle lo más valioso: su amor por la vida y por las personas. Hoy es un gato completamente diferente: bien cuidada, feliz y lista para regalar su ternura a todos los que se crucen en su camino.
Ternura como filosofía de vida
Marusya no puede presumir de tener una salud robusta, pero, a cambio, es la encarnación del amor gatuno en su forma más pura. En su mundo no hay extraños: los visitantes, los niños, los nuevos conocidos, todos caen instantáneamente en su círculo de amigos. Sabe usar la bandeja y el rascador, y se convertirá en ese “cuando llegas a casa, ella se alegra por ti”.
Cómo ayudar a Marusya
Si estás listo para abrir la puerta a esta criatura radiante, ven a conocerla. O consiéntela con deliciosos Días de Gato, le encantará.







