Manul fue atrapado en la calle con la ayuda de una trampa. Durante mucho tiempo evitó a las personas y fue desconfiado; la vida en la calle no enseña a ser abierto. Pero con el tiempo, en el refugio, comenzó a cambiar. Aunque todavía se muestra cauteloso con los desconocidos, se desenvuelve rápidamente en un ambiente acogedor y estable.
Ha aprendido a confiar
Ahora Manul es cariñoso y tranquilo con quienes conoce. Ya no es el salvaje vagabundo callejero que era antes. Desafortunadamente, le han extraído casi todos los dientes, pero se las arregla muy bien con comida blanda. Manul también ha sido diagnosticado con VIF (virus de inmunodeficiencia felina), por lo que busca un hogar sin otros gatos, aunque puede llevarse bien con un perro o convertirse en el único peludo querido.
Él utiliza correctamente la caja de arena y se adapta rápidamente al interior de una casa. Y si deseas darle una oportunidad a aquel que ha pasado por un camino difícil y ha aprendido a confiar, este chico te está esperando.
Cómo ayudar a Manul
Manul aún está en el refugio y espera conocer a su “persona” especial. Puedes apoyarlo sorprendiéndolo con un delicioso Día de Gato. Y también, simplemente compartiendo su historia. Compartir es también cuidar.








