En uno de los fríos días de enero, Liza llegó al refugio atada con una cuerda; resultó que había estado vagando por las calles durante mucho tiempo. Esta perra pastor, de tamaño pequeño y con hermosos ojos que reflejan una mirada serena y bondadosa, rápidamente conquistó a todos. Desde entonces, vive en el refugio, donde la cuidan y se esfuerzan por brindarle tanto calor como les es posible.
Un verdadero amigo
Liza se acerca con alegría, busca conexión tanto con las personas como con otros animales. Siempre está feliz de hacer nuevos amigos, pero lo que más anhela es la atención y disfrutar de sencillos momentos al lado de un ser humano. Es una perra con la que las palabras no son necesarias; simplemente estará a tu lado, y eso es suficiente.
Los veterinarios le han diagnosticado dermatitis atópica, lo que significa que necesita cuidados constantes y tratamiento de por vida. Pero todo esto no impide que mantenga su luz, bondad y una energía sorprendente.
Cómo ayudar
Si tienes un lugar en tu corazón y en tu hogar, Liza espera con ansias a su familia. Y si en este momento no puedes adoptarla, ayúdala compartiendo su historia o apoyando con un paquete de publicidad.






