La historia de Lissa no es fácil. Vivía en una zona industrial, bajo una losa de concreto. Los trabajadores le daban de comer, claro, pero los fines de semana y festivos, ella tenía que arreglárselas sola. Esta pequeña solitaria fue infestada por garrapatas, asustada, hambrienta y muy sola. En el refugio la curaron, le pusieron vacunas, la esterilizaron y la soltaron en la calle como parte del programa “Vecindario Compasivo”. Lissa no pudo estar sin humanos. Pasó dos meses escondida bajo los coches en un aparcamiento, hasta que la encontraron. Ahora la niña vive en el refugio de animales "Dino".
Amable y asustadiza
Lissa no es agresiva, pero puede mostrarse dominante con perritos pequeños. De alguna manera, intenta educarlos. Se acerca a las personas, pero aun hay una pequeña tensión; necesita tiempo para acostumbrarse. Lissa está esperando a su persona de buen corazón y enorme paciencia.
Extiende una mano a Lissa
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