Bastante lejos de la civilización, en una granja de una remota aldea, se encontraron muchos gatos abandonados. Sus dueños, por diversas razones, decidieron deshacerse de ellos. Muchos no sobrevivieron, y finalmente la granja cerró. Los restos de una gran compañía de gatos se agruparon cerca del único hogar en la aldea, cuyos dueños pidieron ayuda. No lograron atrapar a todos; algunos gatos salvajes y heridos no se dejaron acercar. Pero Liliaya fue fácil de atrapar y llegó al refugio con los demás. Ahora ya se ha adaptado, pero ningún refugio puede sustituir el calor de un hogar.
La dulce angelita Liliaya
Liliaya es una joven gata, tranquila y modesta. Evita la atención excesiva, como si dijera "no molesto a nadie, solo vivo y quiero que me quieran". En realidad, en ella hay un profundo potencial emocional. En cuanto la sostienen en brazos, Liliaya se queda quieta y disfruta, como si no pudiera creer que esto es posible. Responde con ternura y es una chica muy amable que anhela una familia tranquila con niños mayores, posiblemente con otra mascota. Ya dominó la caja de arena y el rascador, por lo que no causa problemas. Esta dulce pastelito te querrá con todo su corazón, ya que solo en una familia amorosa y atenta encontrará su felicidad.
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