Esta hermosa con orejas caídas ha recorrido un camino complicado: fue atropellada por un coche, sufrió una fractura grave, se sometió a una operación y pasó semanas en rehabilitación. Ahora vive en un refugio de animales, donde por ahora solo confía en las manos de una humana: la chica que alimenta a todos los residentes.
Muestra que se puede confiar en las personas
La redondita no ha logrado adaptarse: no le gustan los toques, hiss en la gente y en otros animales. Por lo tanto, aún no se plantea su adopción, y permanece en el refugio donde pueden brindarle el cuidado necesario.
Su vida es un recordatorio de que a veces ayudar significa ser paciente y simplemente permitirle ser ella misma. Está en tus manos regalarle comodidad, por ejemplo, deleitándola con los deliciosos 5 Días de Gato.




