Los padres de Kay eran gatos salvajes. Los habitantes de las casas cercanas les daban de comer. Pero cuando nacieron Kay y su hermanita, los residentes se preocuparon. Los pequeños podrían morir sin el cuidado adecuado. Los bebés fueron llevados a un refugio de animales, donde se les realizaron los procedimientos médicos necesarios.
Un gato selectivo
Kay creció, se fortaleció y se convirtió en un verdadero belleza. ¡Solo su hermoso rabo ya vale la pena! Kay se acostumbró rápidamente a su nuevo entorno, aunque algunas de sus costumbres callejeras se han mantenido. Es un gato cauteloso con las personas que no conoce. Pero en cuanto se familiariza con alguien, se vuelve cariñoso y juguetón. Se deleita cuando lo acarician detrás de la oreja. Ha aprendido a usar el arenero y el rascador. Busca una familia tranquila, preferiblemente con niños mayores de 10 años, dispuestos a adoptar un gato con coronavirus.
¿Al igual que Kai, no te gustan los movimientos bruscos ni el ruido?
Ven a conocer a Kay, él te está esperando. Y para que el gato sienta tu cuidado desde ahora, consiéntelo con un buen alimento o paga toda una Semana de Gato.







