La gatita fue rescatada de unos jardines a finales de agosto. Es triste ver a cada uno de estos pobres animales. En verano reciben cariño, pero en otoño los dejan morir. Sin embargo, la situación de Carolina era aún más seria. Tenía un moco verde horrible y respiraba con dificultad. No se podía perder tiempo y la gatita fue a parar a un refugio de animales.

Una peluda coqueta

Al principio, Carolina se mostraba asustada: el lugar desconocido la aterraba y temía algo malo de las personas. Pero luego se acostumbró y hasta permite que la acaricien y le rasquen detrás de las orejas. No es una ilusión, incluso ronronea de placer. El tratamiento aún no ha dado resultado, Carolina sigue resoplando y a veces tose. Necesita ser examinada, y además, la gatita necesita un hogar y una persona paciente y cariñosa a su lado.

Cuidemos de Carolina

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