Los voluntarios rescataron a Isay literalmente del gancho del carnicero. Las rayas verticales oscuras en su nariz aún sirven como recordatorios de su pasado en el matadero—callos de la rejilla detrás de la cual pasaba sus días, esperando su amargo destino. Cuando Isay llegó por primera vez al Centro, lloraba cada vez que sus nuevos amigos lo llevaban a casa. Pensaba que tendría que vivir, perdiendo seres queridos una vez más. Ahora se ha adaptado a sus nuevas condiciones y la esperanza ha florecido en su corazón de que todo estará bien para él ahora.

El modesto Isay ni siquiera se da cuenta de lo majestuoso y espléndido que es. Hoy en día, se erige como un espléndido trotador Orlov, un orgulloso representante de la legendaria raza de caballos rusa. Es inteligente y comprensivo, con solo una tristeza oculta en su mirada. Con el tiempo, Isay llegó a creer que nada lo amenazaba, que no sería dañado, sino, por el contrario, estaría bien alimentado, se hablaría con él, se le acariciaría y se le permitiría correr por los campos a su antojo. En interacciones con extraños, Isay sigue siendo cauteloso, acercándose tímidamente al contacto. Sin embargo, si logras ganarte su confianza, su amor será ilimitado. Puedes proporcionar cuidado para Isay o darle un hogar con las condiciones apropiadas y una familia amorosa que él valorará con su enorme corazón.