Gato Dolly – una caza-ratones que no logró serlo

Los animales se vuelven callejeros por diversas razones. Alergias. Se cansan de ellos. Hacen travesuras. No se acostumbran a hacer sus necesidades en el lugar correcto. La historia de la gata Dolly es, sin embargo, bastante particular. La vida no fue del todo amable con ella. Ella llegó a la calle asustada y enferma. Se quedó en un solo lugar y no se movió de allí. Un buen samaritano la recogió y la llevó a un refugio de animales donde la cuidaron temporalmente. La pequeña revivió un poco, ganó peso y en sus ojos apareció una chispa de esperanza. Se le encontró un hogar.

Como se descubrió más tarde, no tenían intención de alimentar a Dolly en su nuevo hogar. Se suponía que ella debía buscar su propia comida – cazar ratas y ratones en una granja de ovejas. De hecho, esa era la razón por la que la habían adoptado. Sin embargo, por experiencia sabemos que no todas las gatas son buenas cazadoras. Y nuestra heroína se encontraba entre ellas. No lograba hacer bien este trabajo. El dueño estaba descontento. Y la pobre gata se encontraba hambrienta. Una vez más volvió a estar flaca y enferma.

La misión – salvar a Dolly

Los voluntarios se enteraron de que la gatita estaba en problemas. Pero el dueño no estaba interesado en llevarla a la ciudad. Además, la granja estaba tan alejada que ni un mapa ni un navegador podían ayudar. Y un coche convencional no podía llegar allí. Sin embargo, había personas compasivas que se juntaron y se fueron en un vehículo todoterreno a ayudar a Dolly.

Encontrar el lugar fue un verdadero desafío. Pero no tardaron en localizar a la gatita. Al oír los gritos de “miau-miau-miau” desde el establo, Dolly salió disparada, asustada y hambrienta. No se sabe cuánto tiempo más habría soportado en su “trabajo”.

Han llegado tiempos de saciedad

La gatita fue llevada al refugio de animales “Casa”. ¡Cómo se lanzó a la comida! No podía saciarse. Comía como si temiera que esos tiempos de abundancia pudieran acabarse. La pequeña fue atendida y pronto fue trasladada a un amplio recinto verde.

Dolly es realmente una gata luchadora. No dejará que le hagan daño y no buscará la aprobación de sus vecinos de cola. Pero es muy cariñosa con las personas. Le encanta jugar con una pelota y acurrucarse en brazos. Por eso queremos encontrarle un hogar donde no haya otros animales. Así es, nuestra chica es celosa con la atención.

¡Dale una alegría a Dolly ofreciéndole comida deliciosa! Y para aumentar sus posibilidades de adopción, comparte su historia en las redes sociales o considera contribuir al paquete publicitario.