Daisy no tuvo suerte con sus dueños. Una familia de adictos se ocupaba de sus necesidades, y la gatita interrumpía pidiendo comida y atención. Un día, simplemente la arrojaron desde el tercer piso. Al darse cuenta de lo que hicieron, la recogieron de nuevo. Nadie pensó en llevar al animal al veterinario para un examen. La pequeña perdió el uso de sus patas traseras y sus dueños la dejaron en el pasillo. La gatita maullaba sin parar, pidiendo ayuda. Buenos corazones querían dormirla, pero no tenían dinero. Así es como Daisy llegó al refugio de animales.

Una chiquita cariñosa y amable

A pesar de la traición y las pruebas sufridas, Daisy no ha perdido la fe en las personas; confió en los médicos sin miedo. Las radiografías mostraron una fractura vertebral en proceso de cicatrización. Debido a ello, la gatita se levanta con esfuerzo, pero lo logra. Se detectó una grave obstrucción intestinal, y su estómago estaba lleno de huesos no digeridos. Su cuello estaba cubierto por un anillo denso de huevos de pulgas, y como sus patas traseras no funcionaban bien, la pobre no pudo deshacerse de ellos. Ahora, Daisy avanza con firmeza hacia la recuperación; su intestino fue limpiado y tratado. Cada día, la gatita se siente más segura en sus patas y se mueve sin ayuda. Tiene algunos problemas con la micción y la defecación. Sería ideal para una familia que esté dispuesta a cuidar de esta gatita con una historia tan complicada.

¿Te ha gustado la dulce Daisy?

Ven a conocerla en persona o guarda la página en tus favoritos en el sitio TEDDYFOOD para seguir la vida de la gatita en tiempo real. También puedes ayudar con los gastos de publicidad para que más personas conozcan la vida de los animales en el refugio. De esta manera, Daisy y sus compañeros encontrarán una familia antes y podrán recibir la anhelada etiqueta de "Ya en casa".