Una vez, en la oficina de la fundación, un hombre y una niña llegaron con una gata enferma en brazos. La encontraron en un autobús urbano, y fue evidente que la niña necesitaba atención médica urgente: Busa estaba desnutrida, sufría de una invasión de pulgas y lombrices, tenía tumores en las glándulas mamarias y una inflamación severa...

Pequeño motorcito de alegría

Pero ahora, gracias al cuidado y amor de las personas, Busa se ha convertido en un símbolo de esperanza. Sus ojos irradian gratitud y fe en un futuro mejor. La niña está sana y lista para abrir su corazón a un nuevo hogar, lleno de calor y dulzura. Sutil pero increíblemente cariñosa, Busa sabe apreciar cada momento de atención que recibe. Cuando alguien la acaricia, se activa en ella un motorcito invisible de amor y agradecimiento.

Busca amor

La pequeña se entrega mediante un contrato de cuidado responsable, para recordar a su nuevo dueño cada día que incluso de las pruebas más difíciles se puede salir con nueva fuerza y fe en el futuro. Mientras tanto, la gatita está en el refugio, observándola en línea y disfrutando de deliciosos premios.